Todo viajero tiene un momento durante su viaje en el que se pregunta si comprar o no algún souvenir para la gente que nos espera en casa. Y si la respuesta es sí y no es el que yo llamo el mejor souvenir del mundo, es el momento de hacerse otras preguntas como… ¿me cabe en la maleta? ¿se romperá? ¿le gustará?
¡Tengo la respuesta! ¡Las postales! Las encontrarás en todas las partes del mundo y son un éxito asegurado. Además, te acercará a la gente que la reciba ya que podrá ver donde te encuentras a través de la imagen y de lo que le escribas.
5 Razones por las que las postales son el mejor souvenir del mundo
1. No ocupa espacio
No ocupa nada de espacio ya que en la mayoría de los casos, te desaces de la postal en el mismo momento en que la compras.
No tendrás que preguntarte si te cabrá en la maleta, si te pasarás de peso al facturar… ¿Se puede pedir más?
2. El souvenir más barato
Tendrás que comprar postales y sellos y el total en mi caso nunca ha superado los 2€.
Si estas fuera de España, es importante que te asegures de que el sello es para envíos internacionales ya que sino es posible que no llegue.
Lo que yo suelo hacer es ir directamente a una oficina de correos u oficina postal y comprar allí tanto la postal como el sello. Las oficinas postales suelen estar en las principales calles de todas las ciudades y en las estaciones. No encontrarás mucho problema en dar con una oficina postal.
3. Gusta a todo el mundo
Y es que ¿a quién no le gusta recibir una postal? y más si es de un lugar que no conoces. Recibir una postal significa que la persona que te la envía a pensado en ti durante su viaje.
La imagen de la postal suele mostrar lo mejor del lugar pero no nos olvidemos del sello ya que es único para cada país o región y en muchos casos no tiene desperdicio.
4. No te dará problemas
¿A quien no le ha pasado que le han retirado algún souvenir en el aeropuerto al volver a casa? Todavía recuerdo esa crema de untar de galletas speculoos que se quedó en el aeropuerto de Bruselas…
Las postales no se rompen, no manchan y no pesan por lo que te ahorras todos los problemas que dan los souvenirs en las maletas y en los aeropuertos.
El único problema que nos pueden dar las postales, es que se pierdan por el camino y no lleguen a su destino. Lo que suelo hacer para evitar esto, es enviar más de una a lo largo del viaje. De esta forma, la probabilidad de que se pierda por el camino se reduce mucho.
5. Son coleccionables
Las postales son un buen objeto de colección ya que no ocupan mucho espacio y no necesitarás una vitrina dedicada. Además hay infinitas por el mundo y es fácil que si tus amigos se enteran de que las coleccionas, te envien alguna de sus viajes.
Bonus
Todas mis postales van para mi madre que empezó exponiéndolas conforme le iban llegando hasta que decidió que era demasiado y ahora sólo tiene a la vista la del último destino.
Cuando me voy de viaje, mi madre siempre espera su postal. Sabe que se la voy a enviar.
Ha habido veces que ha recibido la postal cuando yo estaba de vuelta pero aún así, siempre lo hace con mucha ilusión y me comenta qué le ha parecido la foto que he elegido.
Tiene postales selladas de Bruselas, Fez, Ubud, Valparaiso, Viena, Praga, La Valeta, El Vaticano, Roma… y todas las que veis en la foto!